Gimnasia = Ascenso

Gimnasia no defraudó. Por el contrario, confirmó todo lo que viene demostrando en todo el torneo, goleó por 3 a 0 a un deslucido Defensores de Belgrano que no estuvo a la altura de las circunstancias.

El marco fue tremendo, maravilloso. En la semana se realizó por parte de algunos grupos de hinchas una colecta entre todos los simpatizantes albicelestes y con ella se logró un color poco habitual en un Torneo Argentino “B”. Además, desde diferentes puntos del país fueron llegando aquellos hinchas del “Albo” que aman al club pero que la vida los alejó por alguna circunstancia, entre estos migrantes Los Albos de Córdoba dijeron presente, con indumentaria propia, trapo y mucha fiesta, dejando en claro que a Gimnasia no sólo lo hace grande su historia sino también su gente.

Estaba todo listo para ver cómo se iba a presentar el partido, es decir, el juego mismo. Del equipo de villa Ramallo se tenían muchas estadísticas y muchas especulaciones, pero en realidad, nadie sabía exactamente cómo podía responder ante tamaña presión.

Gimnasia, por su lado, había sufrido las tremendas bajas de Nuñez, luego de la expulsión en el partido pasado, y de “la garza” Perez, lesionado entre semana. Es decir, que se quedaba sin los dos delanteros titulares y este hecho preocupaba a todo el pueblo millonario.

Con todo esto salieron los equipos a dar pelea en el primer tiempo. La metáfora grafica a la perfección lo que pasó. Los de Defensores sólo tuvieron una sola jugada a favor cuando arrancaba el partido, y Gimnasia hacía lo que podía, porque si bien avanzaba con peligro contra el arco rival no mostraba claridad, y los minutos pasaban. De esta forma llegó el fin del primer tiempo, un 0 a 0 que poco conformaba al local.

El segundo tiempo tuvo un quiebre claro que produjo el desequilibrio que luego quedó reforzado en el marcador. Hasta los 20 minutos de esta segunda etapa el partido seguía tal cual el primer tiempo. En ese momento el director técnico de Gimnasia, Salvador Raguzza, decidió apostar fuerte y metió mano entre los suplentes. De aquello, salió aquel 9 que Gimnasia tanto extrañaba. Entró Perez en una pierna.

Ya en la primera jugada hizo pesar su condición de “bicho de área”, cuando salió de la misma a recibir un bochazo con el pecho y sufrió una falta por parte de Sadauskas, uno de los centrales de Defensores. Esta falta, dictaminó su sentencia, el árbitro no tuvo otra salida que mostrarle el cartón colorado señalándole la salida del campo de juego. Luego, de otro tiro libre, llegó el primer gol del partido, tras una mala contención del arquero Schomberger.

Allí, señores, el partido fue diferente, el “millo” encontró más espacios y sobre todo, goles. Llegó el de Vogliotti a los 36 y dos minutos más tarde el de Saucedo.

“3 a 0 y hacemos precio”, pareció que se decían los protagonistas al quedar solo unos pocos minutos de juego. Y así fue, solo se esperó el último pitido del hombre de negro que desató la alegría de toda la gente millonaria en Salta.

Este equipo hoy, más que nunca, tiene todas las de ganar. Queda tan solo un partido, solo 90 minutos de la gloria, y lleva una gran diferencia a favor.

Estos muchachos se llevan toda la confianza de la gente, la misma que siempre estuvo, alentando aún en los peores momentos. Esa misma confianza que fue creciendo, partido a partido, con cada actuación de estos jugadores.

En el día en que se homenajearon figuras como el “loco” Viano, el “tanque” Gonzalez y el “Condor” Rueda, demostraron que ellos quieren ser parte también de esta historia grande de Gimnasia. ¡Vamos Gimnasia, vamos Albo, vamos millonario, vamos por más!

“Va a volver, va a volver, el ALBO va a volver…”