Lesiones, bajas y exámenes no permitían la continuidad futbolística de un equipo, que tras haber jugado cinco partidos, lentamente va encontrando su verdadera identidad.
A pesar de los innumerables inconvenientes, los Albos de Córdoba necesitaban darle rúbrica a su juego. Para ello, nuestro compañero López eligió un rival.
Jueves 15 de noviembre, decididos a enfrentar un nuevo desafío seis jugadores nos encontramos en Ciencias Económicas. Tan solo seis de los siete necesarios: El “Profe” Adamo, “Torito” López, Mattu el “Motorcito”, el “Jefecito” Ezequiel, “Lobito” y el “Hormiga”.
En primera convocatoria, estaban seleccionados para el partido: Iván “el terrible” y Maxi.
Al realizar un último intento, casi al comenzar el partido, se logra la comunicación telefónica con Maxi, el cual se toma un taxi inmediatamente.
Con seis jugadores, el equipo de los albos hace frente a la dificultad de jugar los primeros momentos con un jugador menos.
Con el mencionado obstáculo, y pensando en resguardar el arco hasta estar parejos en número, pero saliendo de contra cada vez que se daba la oportunidad, el equipo se paró de atrás para adelante.
En uno de esos embistes respondidos, el equipo logró abrir el marcador. Arriba por uno y con un jugador menos.
A pesar de la ventaja en el tanteador, la ventaja en el juego era para los adversarios, que en cada oportunidad llegaban con más peligro a nuestro arco.
En una de aquellas jugadas llegó el gol. Uno a uno, resultado parcial y los nervios comenzaron a adueñarse del equipo. Por suerte, llegó en ese momento el “tanque” Maxi, para nivelar, aunque sea numéricamente el juego.
El juego, entonces cayó en un pozo, y para nuestro equipo salir jugando desde el arco comenzó a ser un Karma.
La catarata de goles, favorables al equipo adversario no se hizo esperar, y tuvo una metodología sistemática. Nosotros, tratando de salir jugando desde el fondo, perdíamos la pelota ante la presión rival, y pum, pam, y gol, o en el mejor de los casos, saque del arco nuevamente. Así llegó: el 1 a 2, 1 a 3, 1 a 4, 2 a 4, y 2 a 5. Encima de que nos estábamos comiendo una goleada, el clima dentro de la cancha se había enrarecido. Sin ningún motivo aparente, lenta y paulatinamente, los jugadores contrarios comenzaron a mostrar las garras y las ganas de jugar un fútbol más bien agresivo. Esta situación nos sacó del partido, y las discusiones con propios y ajenos no se hicieron esperar.
La situación se agravaba, no encontrábamos el juego, ni la manera de salir del pozo futbolístico, y encima nerviosos.
Allí, fue la inteligencia de algunos compañeros, que tuvieron la suficiente sobriedad necesaria, para conservar la calma, y de a poco sacar al empantanado equipo hacia delante.
Con esto, nos fuimos calmando en el juego, y poco a poco, las cosas fueron mejorando. Entonces, fue nuestra la catarata de goles: 3-5, 4-5, el empate 5 a 5 que se grito mucho, 5 a 6, y un nuevo empate en seis.
Aquí, en este momento, se sentía en el ambiente dos cosas: que quedaba poco tiempo, y también, que tras mucho batallar le habíamos encontrado la vuelta, que si luchábamos un poco más, al partido lo ganábamos.
Así, sacando el coraje, ya una marca registrada del equipo en estos partidos, se llegó al tan ansiado y gritado 7 a 6 final.
Luego del gol, se jugo uno o dos minutos más, pero el marcador ya se había cerrado para ambos bandos.
¿La figura? En un partido con pocos puntos altos, el jugador más alto, el nueve, sería justo que se lleve el premio de figura: ya que cuando más inestable estaba el mediocampo, tuvo la inteligencia necesaria para bajar y colaborar, y desde allí armar juego.
Se ganó de nuevo
Tras haber comenzado muy mal, ya era importante y positivo no perder, para conservar el invicto que exponíamos. Por suerte, y sobre todo por coraje, se ganó el partido, estirando la buena racha. En este cierre de año, jugamos seis partidos: ganamos cuatro, empatamos dos, y hasta el día de la fecha no tenemos ninguna derrota.
Falta aprender
Todavía se siente la partida de la “chancha”, un jugador de estas características en la defensa es clave, el Mattu queda muy solo a veces, y la “Hormiga” todavía no desplegó todo su potencial. Seguimos, también, sintiendo las ausencias de los lesionados: el “kaiser” Agus Gimenez y de Juan la “Fiera” Simó.
Hasta contar con esos valuartes del equipo, deberemos aprender a pararnos en la defensa correctamente, y saber que, en determinado momento del partido, no esta mal pegarle para arriba y acomodarnos de nuevo.
Sin arquero cuesta doble
Otro puesto que es clave en la rúbrica de cualquier equipo es el de arquero, y nosotros todavía no encontramos al hombre ideal que cubra ese espacio. Será tarea de los “ojeadores”, para la próxima temporada, encontrar al hombre ideal para este puesto.
A pesar de los innumerables inconvenientes, los Albos de Córdoba necesitaban darle rúbrica a su juego. Para ello, nuestro compañero López eligió un rival.
Jueves 15 de noviembre, decididos a enfrentar un nuevo desafío seis jugadores nos encontramos en Ciencias Económicas. Tan solo seis de los siete necesarios: El “Profe” Adamo, “Torito” López, Mattu el “Motorcito”, el “Jefecito” Ezequiel, “Lobito” y el “Hormiga”.
En primera convocatoria, estaban seleccionados para el partido: Iván “el terrible” y Maxi.
Al realizar un último intento, casi al comenzar el partido, se logra la comunicación telefónica con Maxi, el cual se toma un taxi inmediatamente.
Con seis jugadores, el equipo de los albos hace frente a la dificultad de jugar los primeros momentos con un jugador menos.
Con el mencionado obstáculo, y pensando en resguardar el arco hasta estar parejos en número, pero saliendo de contra cada vez que se daba la oportunidad, el equipo se paró de atrás para adelante.
En uno de esos embistes respondidos, el equipo logró abrir el marcador. Arriba por uno y con un jugador menos.
A pesar de la ventaja en el tanteador, la ventaja en el juego era para los adversarios, que en cada oportunidad llegaban con más peligro a nuestro arco.
En una de aquellas jugadas llegó el gol. Uno a uno, resultado parcial y los nervios comenzaron a adueñarse del equipo. Por suerte, llegó en ese momento el “tanque” Maxi, para nivelar, aunque sea numéricamente el juego.
El juego, entonces cayó en un pozo, y para nuestro equipo salir jugando desde el arco comenzó a ser un Karma.
La catarata de goles, favorables al equipo adversario no se hizo esperar, y tuvo una metodología sistemática. Nosotros, tratando de salir jugando desde el fondo, perdíamos la pelota ante la presión rival, y pum, pam, y gol, o en el mejor de los casos, saque del arco nuevamente. Así llegó: el 1 a 2, 1 a 3, 1 a 4, 2 a 4, y 2 a 5. Encima de que nos estábamos comiendo una goleada, el clima dentro de la cancha se había enrarecido. Sin ningún motivo aparente, lenta y paulatinamente, los jugadores contrarios comenzaron a mostrar las garras y las ganas de jugar un fútbol más bien agresivo. Esta situación nos sacó del partido, y las discusiones con propios y ajenos no se hicieron esperar.
La situación se agravaba, no encontrábamos el juego, ni la manera de salir del pozo futbolístico, y encima nerviosos.
Allí, fue la inteligencia de algunos compañeros, que tuvieron la suficiente sobriedad necesaria, para conservar la calma, y de a poco sacar al empantanado equipo hacia delante.
Con esto, nos fuimos calmando en el juego, y poco a poco, las cosas fueron mejorando. Entonces, fue nuestra la catarata de goles: 3-5, 4-5, el empate 5 a 5 que se grito mucho, 5 a 6, y un nuevo empate en seis.
Aquí, en este momento, se sentía en el ambiente dos cosas: que quedaba poco tiempo, y también, que tras mucho batallar le habíamos encontrado la vuelta, que si luchábamos un poco más, al partido lo ganábamos.
Así, sacando el coraje, ya una marca registrada del equipo en estos partidos, se llegó al tan ansiado y gritado 7 a 6 final.
Luego del gol, se jugo uno o dos minutos más, pero el marcador ya se había cerrado para ambos bandos.
¿La figura? En un partido con pocos puntos altos, el jugador más alto, el nueve, sería justo que se lleve el premio de figura: ya que cuando más inestable estaba el mediocampo, tuvo la inteligencia necesaria para bajar y colaborar, y desde allí armar juego.
Se ganó de nuevo
Tras haber comenzado muy mal, ya era importante y positivo no perder, para conservar el invicto que exponíamos. Por suerte, y sobre todo por coraje, se ganó el partido, estirando la buena racha. En este cierre de año, jugamos seis partidos: ganamos cuatro, empatamos dos, y hasta el día de la fecha no tenemos ninguna derrota.
Falta aprender
Todavía se siente la partida de la “chancha”, un jugador de estas características en la defensa es clave, el Mattu queda muy solo a veces, y la “Hormiga” todavía no desplegó todo su potencial. Seguimos, también, sintiendo las ausencias de los lesionados: el “kaiser” Agus Gimenez y de Juan la “Fiera” Simó.
Hasta contar con esos valuartes del equipo, deberemos aprender a pararnos en la defensa correctamente, y saber que, en determinado momento del partido, no esta mal pegarle para arriba y acomodarnos de nuevo.
Sin arquero cuesta doble
Otro puesto que es clave en la rúbrica de cualquier equipo es el de arquero, y nosotros todavía no encontramos al hombre ideal que cubra ese espacio. Será tarea de los “ojeadores”, para la próxima temporada, encontrar al hombre ideal para este puesto.
6 comentarios:
ah bue... que cronica que se mandaron eh! nose quien fue pero lo felicito... criticaria 1 sola cosa, por + que el "9" sea figura no lo digan en la cronica, porque sino despues se torna insoportable el tipo... jaja... 1 abrazo pa to2 muchachos y antes de irnos de vacaciones espero que surja algun otro partidito, nos vemos!!
no voy a decir nada sobre mi maravillosa actuacion en el partido anterior, solo hablo con goles en la cancha. A lo demas, esta tarde tenemos que ganar!!! a manterner la punta!
luisito al arco jaja
La foto del Colo q esta publicada en nuestro metroflog me hace emocionar loco!!!
El Colo... %100 nuestro
muy buena foto la verdad, ojala to2 los jugadores sientan asi la camiseta... aguante el ALBO carajoooooooo!
Feliz cumpleaños albo querido!"!!!
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